En la confluencia de las calles Gabriel Alonso Herrera, Arco de San Pedro y Teatro ha sido necesario romper esta semana el pavimento y descubrir las conducciones que pasan por esta plazoleta para extraer una bolsa de aguas residuales almacenadas y reparar la avería. La sorpresa surgió cuando pudo comprobarse que faltaba un tramo de dos metros y medio de tubería (la conducción estaba sin acabar), por lo que desde que se realizó esa obra, las aguas se han estado acumulando hasta formar un auténtico pozo negro o, como ha ocurrido, filtrarse y afectar a algunos edificios contiguos.
Estas instalaciones mal hechas han permanecido así por espacio de varios meses, lo que para Gonzalo Lago demuestra –una vez más– la indiferencia de este Ayuntamiento hacia las cosas verdaderamente importantes, como son las infraestructuras básicas (alcantarillado, entre otras), y lo poco o nada diligente que es a la hora de supervisar las obras y exigir responsabilidades cuando éstas están mal ejecutadas, como es el caso.
El único interés de este Ayuntamiento estriba en hacer las cosas deprisa y corriendo –como sea– para inaugurar obras mal hechas, a medio hacer o rehechas en incontables ocasiones, como es el caso de las obras del túnel, que une la calle Salvador Allende con la Avenida de Toledo y la Avenida de Pío XII, a su salida a esta última, que ha tenido que reformarse para que los autobuses y vehículos grandes puedan giran sin provocarse destrozos en la carrocería.
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